Bienvenidos al club del descontento. Aquí se revelan inquietudes, de toda disciplina y condición. Ya sean divinas o humanas, para regodeo de todo espectador que desee sumergirse en tan tupidas letras, bien del rebaño o egregio cual maverick.






11 de junio de 2010

Que este fuego, fatuo sea

Con la llegada de la crisis económica han aflorado, sobre el fondo putrefacto de la Sociedad, viejos y senectos credos que parecían haber bajado ya al sepulcro. Tristemente, la superstición planea, obstinada, sobre nuestras cabezas. En lugar de creer en proyectos vitales propios o tener ciertas ambiciones armónicas con nuestros valores, hay personas que todavía alzan pancartas hablando de "rendirse" ante Dios o compañía. Y la palabra "rendirse" es la razón de ser de este post en el blog. Puedo ser creyente en la fe concordante con el individuo que dijo eso, sí. No obstante, mi Dios -en caso de que lo tenga-, no tiene "más sustancia que la que tengo yo"* y "rendirme" ante él sería errar tanto como si él se rindiera ante mí. Debo admitir que he visto alguna telenovela, donde Francisco Jesús agradece a Dios el hijo que ha tenido con Violeta Jacinta. Y no es más que el amor de estos dos entes lo que ha hecho posible el milagro de la vida. El dolor que soporta Violeta Jacinta al parir no es como para que Fco. Jesús le agradezca a otro su esfuerzo y capacidad de dar vida. Yo me enfrento a dioses cada día -y nada de animismo ni politeísmo- y lo son porque tengo en ellos más fe que en ningún Dios al que pueda temer y amar: la mujer a la que amo y que tan bien me trata, con la que comparto mi tiempo y mi mala leche, mi madre a la que admiro, mis hermanos a los que adoro, mis amigos, que se esfuerzan por mantener el contacto y que este fuego, fatuo sea. Ante ellos y ustedes, lectores, yo sí me rindo.

"El Templo es la vida, la vida es el Templo". Aforismo tántrico

*Del monumento poético "Espacio", de Juan Ramón Jiménez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario