Bienvenidos al club del descontento. Aquí se revelan inquietudes, de toda disciplina y condición. Ya sean divinas o humanas, para regodeo de todo espectador que desee sumergirse en tan tupidas letras, bien del rebaño o egregio cual maverick.






12 de enero de 2012

Pregunta a ese niño

Estamos entretenidos, muy entretenidos con el juego de la "vida adulta". Es curioso que acuñemos términos para designar cosas que no existen ni en el mundo de las ideas. Parece que la vida contemporánea consiste en entretenerse quemando etapas. Etapas inexistentes que tratan de justificar una diversidad que anhela el aburrido y rutinario estilo de vida del trabajador posmoderno. Nuestra conducta refleja una ausencia preocupante de proyectos vitales. Depositamos la responsabilidad de aportar a nuestro corazón la necesitada ansia de sentirnos vivos en un entretenimiento tan inocuo como enredoso, el pasar página, el día siguiente, el nuevo trabajo, finalizar la hipoteca, irnos a vivir juntos, jubilarnos. Parece que confundimos lo que nos ayuda a progresar con el progreso mismo. Aunque para mí, progreso es una de esas palabras que no tiene una realidad en la que cristalice y dudo que progresar sea mudarse a una casa más grande. Pido que cuestionemos lo que hasta nosotros mismos pensamos. Preguntemos a los niños, ellos suelen creer lo que piensan y saben qué les gusta, bueno, a los pocos niños que sus irresponsables padres todavía no les han corregido la espontaneidad.


"La infancia es la patria del hombre". Ángel González