Bienvenidos al club del descontento. Aquí se revelan inquietudes, de toda disciplina y condición. Ya sean divinas o humanas, para regodeo de todo espectador que desee sumergirse en tan tupidas letras, bien del rebaño o egregio cual maverick.






19 de noviembre de 2011

Tecnocracia

Es la palabra "felicidad" un arma peligrosa. Ya sea vacía de contenido, huera o cargada de presunciones. En nombre de ella y del "bien" se cometen las mayores fechorías. Y si denominamos a ese bien el "bien común" ya convertimos el concepto en un arma de destrucción masiva. La torpeza radica en que no todos los individuos de la Tierra tienen la misma moral. Esa moral es la que llena el contenido del bien, la felicidad, etc. Todo está dicho: "el bien del espíritu, el espíritu lo habrá de hallar"*. Y los "mercados" quieren que ese bien que buscamos sean cosas, en lugar de lo inmaterial. Quieren una moral universal a su imagen y semejanza, esto es, que tener un Mercedes-Benz sea un éxito tanto en Las Malvinas como en India. Por todos los medios tratan de que la moral capitalista sea cultura. La globalización es una revuelta cultural que trata de uniformizar no sólo el atuendo de trabajo, sino la persona en su raíz. El "bien común", la "felicidad" es una prima de riesgo sostenible, una Bolsa con especulaciones "razonables" y un Gobierno tecnócrata. Roto esto la única solución es amortizar la inversión pública en defensa.

*"Sobre la Felicidad", Séneca.

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